viernes, 8 de abril de 2016

Hallazgos Inesperados: El Fuerte Invisible

Entrada Actualizada: 7/10/2016

En varias de las entradas del blog he reflejado la idea que las estructuras defensivas del XIX no siempre han sido tratadas con la “suficiente delicadeza por parte de la Arqueología o de la conservación del patrimonio”.

Ruinas del fuerte de Arraiz sobre Bilbao
Con ello no pretendo generalizar, porque siempre hay excepciones, pero es cierto, que aún siendo elementos que acaparan, o pueden llegar a acaparar, una importante atención mediática, ya sea por sus componente estético de ruina romántica o ya sea por su componente histórico; en muchas ocasiones comprobamos como languidecen, en un estado de invisibilidad, bajo el paraguas de un desconocimiento generalizado que les condena a un olvido paulatino. 

Únicamente así podemos entender la construcción de pistas forestales que cruzan sobre fuertes de las guerras carlistas o la eliminación de elementos bélicos en desarrollos urbanísticos cuyos trabajos previos nunca contemplaron la posibilidad de dotar o comprender el “valor patrimonial” de esas estructuras; o algo mucho más común en nuestro territorio: el olvido soterrado al que hemos sometido a todos aquellos elementos, independientemente de su cronología, que han quedado bajo la cubierta arbórea de nuestras plantaciones forestales. Pueden ser dólmenes, castros del hierro, fuertes napoleónicos o fortificaciones carlistas. No importa. En función de la agresividad de los trabajos de plantación y saca de madera, nos podemos encontrar que acabamos de eliminar una parte tangible de nuestra historia.

Y si hay algo que llama la atención, es que entrados ya en el siglo XXI, todavía encontremos elementos que han permanecido invisibles para la gran mayoría de nosotros. Es cierto que empiezan a despuntar estudios de corte histórico y arqueológico que tratan este tipo de fortificaciones, y en otras entradas ya he citado a autores como Juan Antonio Saenz Garcia, Alfredo Moraza Barea, Javier Buce Cabello, Iban Roldan Bergaratxea o Antxoka Martinez Velasco, que en nuestro ámbito de territorial más cercano se han encargado, y se encargan, de dejar constancia de su existencia y relevancia.

El Hallazgo

Retomo al concepto de Sistema de Información Geográfica (SIG) como elemento central para la generación de inventarios patrimoniales y, lo que no es menos importante, como elemento para el establecimiento y localización de nuevos hallazgos. 

Las nuevas tecnologías han puesto en nuestras manos la posibilidad de observar nuestro territorio a vista de pájaro; comparar viejas ortofotos con visiones modernas; superponer minutas cartográficas de principios del XX, sobre cartografía actual… y todo ello cómodamente desde el ordenador de nuestra casa. Geoeuskadi, Instituto Cartográfico Nacional, el propio GoogleEarth, nos permiten, con una facilidad pasmosa estudiar la evolución de nuestro espacio.

Y es en este ámbito de trabajo, cuando hace pocas semanas mi hermano Jon me remitió un mail con un escueto mensaje y un adjunto con una foto: “Mira esto”. Abro la foto y.... he localizado otras estructuras con infinito menos detalle, necesitando del cotejo de varias ortofotos y el uso de la capa de sombras que genera el LIDAR, y sin embargo, en aquel "pantallazo" se contemplaba con una claridad absoluta la silueta de un fuerte. 

Rápidamente comienzo una nueva sesión con mi propio GIS y me dirijo a la zona de localización: Monte Kurutzetxiki (Kurtzetxiki) sobre Arrasate…. . Coloco la última ortofoto disponible, la del 2015. Y allí están las forma poligonales que definen la planta de fuerte decimonónico ocupando un área aproximada de unos 3.000 m2, con un perímetro de más de 200 metros y con una bonita pista forestal que lo cruza de parte a parte. Sorpresa e incredulidad porque es un elemento del que desconocía completamente su existencia.
Perfil del fuerte de Kurtzetxiki sobre la ortofoto de 2015
El Fuerte Invisible

El primer paso está cumplido, la fortificación queda inventariada dentro mi propia capa shape del SIG relacionada con elementos patrimoniales bélicos y me pregunto cómo ha podido pasar desapercibida. La respuesta me la transmite la propia sucesión de ortofotos disponibles: hasta el año 2007 el fuerte estaba sepultado bajo la masa arbórea de una plantación de pinos. En el 2008 se procedió a la tala y matarrasa del pinar dentro de un plan del Consistorio de Mondragon con el objetivo de “recuperar la zona como entorno natural y paisajístico de alto valor”. 

Evolución del paisaje del Kurtzetxiki en los últimos años 
Trascurridos algunos años de cuidados del terreno, no solamente se ha recuperado el componente herbáceo que define a una pradera de montaña, sino que se ha perfilado el sistema de fosos que remataban el fuerte. Una estructura completamente invisible resurge 100 años después.

Nuevas Incógnitas y Pasos Lógicos

Por el momento desconozco que asociación cronológica tiene este elemento: Convención, napoleónico, carlista… . Se abre un abanico estupendo para realizar estudios históricos (y arqueológicos). Las primeras búsquedas sobre bibliografía de corte carlista de la última guerra no dan ningún fruto; es muy posible que sea anterior… de ser así se aleja de mi ámbito de trabajo.

He puesto en aviso a Alfredo Moraza arqueólogo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi de su ubicación. Puede que ya este catalogada, puede que no; pero nunca esta de más que los profesionales sepan de su existencia.

Puesta en Valor

El Consistorio de Mondragón ha invertido mucho esfuerzo y recursos en recobrar el uso comunal de la cima del Kurtzetxiki, con un claro objetivo de disfrutar de “sus valores naturales, paisajísticos y etnográficos”. Varias son las noticias que se suceden la hemeroteca referentes a las actividades de puesta en valor de la zona:
Desconozco si el Consistorio municipal sabe lo que hay bajo la actual capa herbácea del Kurtzetxiki, pero en ningún momento dentro de las actividades que se mencionan en las noticias periodísticas se contempla la posibilidad de visitar los fosos de un viejo fuerte y conocer la historia bélica que desembocó en su construcción y en su posterior abandono; sin duda, un valor añadido de notable interés.

Visita Guiada "Montes de Otañes:
 Escenarios Bélicos" (Foto cortesía
 de Mamutours)
Este fuerte ha permanecido invisible varias décadas (¿siglos?) y únicamente dotándonos del conocimiento necesario podemos establecer cauces para posibilitar que sus ruinas perduren. No se trata de hablar de reconstrucción, bastaría con contemplar una “consolidación” y paralelamente a la misma, comprender que esos elementos constituyen por sí solo un foco de atracción, con un elevado interés mediático y didáctico en la medida que son reflejos tangibles y directos de nuestra historia.

Ejemplo reciente de este tipo de consideraciones son los trabajos que se están promoviendo desde varias asociaciones, apoyadas por corporaciones municipales de las Encartaciones de Bizkaia, en relación con el monte Celadilla. Esta elevación presenta un innegable interés dada la combinación de elementos paisajísticos, ecológicos, arqueológicos e históricos que hacen del paraje un elemento singular; donde las guerras carlistas y especialmente los hechos ocurridos en el mismo entre enero de 1875 y 1876, pueden constituirse como un elemento adicional de eminente valor social, en la medida que suponen la recuperación de “una memoria histórica” cercana y tangible en el tiempo, pero a todas luces, olvidada.

En resumen: soy de la opinión que los factores de "patrimonio bélico" completan de forma eficiente cualquier puesta en valor de corte naturalístico, etnográfico o histórico, añadiendo una nueva potencialidad a los recursos existentes de una zona. Esperemos que futuros trabajos en este "fuerte invisible" nos permitan conocer y admirar su historia.

Actualización del 12/04/2016: La Corporación Municipal de Arrasate ha procedido a dar comienzo inmediato a trabajos de estudio y catalogación del hallazgo, así como a la planificación de posibles acciones arqueológicas a corto-medio plazo para determinar el alcance del mismo.

Actualización de 07/10/2016: A comienzos de octubre se han iniciado los trabajos arqueológicos  en el fuerte, promovidos por el ayuntamiento de Arrasate y dirigidos por Alfredo Moraza de la Sociedad de Ciencias Aranzadi.